Fue crack dentro y fuera de la cancha. Una persona a la que aprendí a conocer desde muy chico porque somos de la misma camada. No sé si es el más grande deportista que tuvo nuestro país, pero de lo que sí estoy seguro que supo defender como pocos la camiseta argentina. Debe ser el espejo donde todos los pibes deberían mirarse; eso da una idea de lo notable que fue su carrera.
El deporte argentino lo tuvo como el máximo embajador durante dos décadas y él supo ganarse el respeto de quienes tuvimos la dicha de compartir momentos inolvidables vistiendo la camiseta celeste y blanca en los torneos internacionales. Ojalá que desde el lugar que él elija siga colaborando para engrandecer nuestro querido deporte.